Inicio de la lucha, despertar de la conciencia, primer desafío a la «tranquilidad pública», a la corona y al Dios del invasor.
Cuanta rebeldía concentrada durante 300 años de ignominia europea, surgiendo en un sólo día, en un gesto de dignidad que en su modestia, engendraba el germen del incendio que anida en el modesto fósforo que, siendo un acto no violento, llevaba la convicción de llegar hasta las últimas consecuencias si no podíase consumar por medios políticos – asamblearios. Y de esa convicción interna de sus principales promotores, y de la victoria parcial de sus objetivos, siguen 200 años de lucha inclaudicable, por momentos álgida y violenta, por momentos latente y sorda, pero con la misma decisión del primer día, la que llevó a alistarse a varias generaciones de jóvenes latinoamericanos en los ejércitos Libertadores y en las guerrillas patrióticas, con la misma decisión que llevó a nuestra clase obrera a las gloriosas jornadas de la «forestal», de la Patagonia Rebelde y la Semana Trágica, la convicción de vencer o morir si es necesario, de los jóvenes de los 50′,60′ y 70′ que entregaron sus esfuerzos, sus sueños y sus vidas a un cambio revolucionario sin medir los riesgos, con valentía juvenil, de la misma forma que desocupados en los 90′ y en el presente resisten con tenacidad los planes antipopulares de gobiernos burgueses de distintos signos.
Compatriotas, compañeros y camaradas, valga este 25 de mayo para enviarles un fraternal y revolucionario saludo, con la resistencia que heredamos de 200 años de combates libertarios ininterrumpidos, sabiéndonos modestos pero seguros continuadores de esas tradiciones de lucha, hoy con nuevos desafíos, pero con la misma decisión de Patria o Muerte, hasta Vencer, único destino al que nos consagramos en cuerpo y alma, paso a paso, de lo pequeño a lo grande, con la tenacidad del artesano, la fuerza de la clase obrera y la alegría de la juventud.
De los desafíos del presente saldremos victoriosos, porque para ello nos estamos preparando, no habrá obstáculos que impidan la victoria si nos acompañan la conciencia, los preparativos y la valentía y, en medidas no menores a las de aquel 25 de mayo de 1810, las tenemos. Preparémonos para un combate prolongado y decisivo, con combates heroicos que nos elevarán a la altura del hombre y la mujer nuevos.
Partido Comunista – Movimiento Rebelión Popular – Revista Centenario.