El 29 de agosto pasado, un grupo de comandantes de las FARC-EP anunció el retorno a la lucha armada luego de casi 3 años de la firma del Acuerdo para la terminación definitiva del conflicto.
La guerra nunca cesó. Durante estos años de post-acuerdo, grupos paramilitares bajo el amparo del Estado terrorista de Colombia, han asesinado a más de 500 líderes sociales y 150 ex guerrilleros que se habían acogido al acuerdo de Paz.
Los Presidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque, así como las altas autoridades de Colombia se han encargado de hacer trizas cada uno de los puntos del acuerdo. No se liberaron a la totalidad de prisioneros de guerra, no se aplicó la reforma agraria pactada, no se avanzó en la sustitución progresiva y pacífica de cultivos ilegales, se destrozó el sistema de justicia transicional, el acuerdo sobre víctimas y, sobre todo, el proceso de reincorporación a la vida civil de las y los ex guerrilleros, dejándolos a su suerte y expuestos a grupos paramilitares.
Pese a las numerosas advertencias y reclamos de organismos internacionales y países garantes del proceso de Paz, el desmonte de lo pactado y los sistemáticos incumplimientos por parte del Estado Colombiano se hicieron irreversibles. Una de las partes traicionó el Acuerdo, esta es la razón fundante del anuncio de rearme, realizado por las FARC-EP en la voz de Iván Márquez, quien fuera jefe de la delegación de Paz de los diálogos realizados en Oslo y La Habana desde el 2012.
Desde el Partido Comunista Paraguayo (PCP) siempre hemos sido -y seguiremos siendo- solidarios con todos los pueblos que luchan por el fin de la explotación y la opresión, en particular con el pueblo de Colombia, que viene sufriendo una guerra que ha dejado más de 250.000 muertos en casi 70 años. Respetamos el derecho a la autodeterminación de los pueblos y las distintas formas de lucha que estos resuelvan realizar según las condiciones que la explotación capitalista y el imperialismo les imponen. Nuestro abrazo fraterno es para todas las expresiones democráticas, humanistas, progresistas y revolucionarias de Colombia, que apelan a las más diversas formas de lucha por la vida, el pan y la paz.
El derecho a la rebelión contra la opresión
Asimismo, defendemos el derecho universal a la rebelión contra la opresión, doloroso camino que nuevamente se ve obligado a tomar una parte del pueblo colombiano ante este nuevo proceso de paz destruido por el Estado Colombiano.
El derecho a la resistencia fue incluido de forma explícita en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) de la Revolución Francesa, y es parte constitutiva del Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948): “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”. La gran mayoría de las Constituciones de los Estados modernos establecen este derecho como irrenunciable recurso ante la opresión y usurpación del poder, como garantía última de resistencia del pueblo.
Hacemos un llamado a todas las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias del mundo a exigir al Estado terrorista de Colombia el cese de las masacres, encarcelamientos, falsos positivos, persecuciones judiciales y crímenes contra el pueblo y las organizaciones sociales y políticas de Colombia. Es el Estado terrorista el único responsable del conflicto social y armado en curso, y de la destrucción de todos los intentos de alcanzar una paz estable y duradera con base en la justicia social.
Reiteramos nuestra solidaridad con todas las expresiones político-gremiales, político-institucionales y político-militares que luchan por una Colombia con garantías para una vida digna y con justicia social y exhortamos a las organizaciones del campo popular paraguayo, a los Partidos Comunistas y Obreros del Mundo, a todas las organizaciones revolucionarias, a toda la comunidad internacional a rodear de solidaridad al pueblo colombiano en este momento tan difícil que le impone la lógica de acumulación del capital.
Rechazamos el intento de utilizar el conflicto social armado de Colombia como una excusa para desatar una agresión militar internacional contra Venezuela, a instancias de la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), firmado por nuestro país.
Comité Central
Partido Comunista Paraguayo
17 de setiembre de 2019