Por Inti Anahí Juárez, Trabajadora de la cultura y militante de Rebelión Popular Facundo molares.
De la pregunta ¿Quién es1 Facundo Molares? Se desprenden muchísimas respuestas, aunque claro, podemos coincidir en aquellas que lo identifican como Revolucionario cabal, cuadro político integral, un hombre que dedicó y entregó su vida entera a la causa de la revolución.
El Facu, nuestro comandante, en su modestia y humildad nos deja un legado inconmensurable, un legado de lucha, de convicción,de humanismo, de coherencia política.
Facundo Molares Schoenfeld nació el 12 de octubre de 1975 en San Miguel, Provincia de Buenos Aires. Sus inquietudes políticas y sus valores solidarios lo acercaron a muy temprana edad a la militancia política y social, siendo en su adolescencia parte de La Fede, Juventud del Partido Comunista.
Su internacionalismo proletario lo llevó a formar parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo (FARC-EP) donde estuvo por 15 años. Facundo se inscribía dentro de la idea de la disputa del poder. Esa idea de que en Colombia se estaba disputando el poder, lo llevaría a hacer su experiencia en la guerrilla.
Desde el punto de vista político militar, es el militante argentino con mayor experiencia, no ha habido nadie que haya participado de una guerra de esas características. Lo que demuestra su calidad/cualidad de militante revolucionario, esta guerra moderna cuatridimensional se llevó a cabo por tierra, agua, aire y mediante la utilización de satélites.
No tuvo tiempo de escribir sus memorias de aquella experiencia combativa, memorias que hubieran sido muy importantes por las opiniones que tenía del proceso colombiano, opiniones que nacían del corazón mismo de la guerrilla, porque él estuvo en contra, dentro de la guerrilla. Por eso lo tuvieron preso 5 meses, atado a un árbol y se salvó de que lo fusilen.
Después de la firma de los tratados de “Paz2”, con el desarme de los combatientes y en su condición de amnistiado emprende su camino de regreso, pasando por Ecuador y Bolivia.
Tuve la oportunidad de volverlo a ver en 2017 en Valle Grande Bolivia, donde se iba a llevar a cabo el homenaje al «Che» por los 50 años de su caída en combate. Hoy 10 de octubre se cumplen 6 años de aquel reencuentro. La última vez que lo había visto fue en Salta con 8 años, él se había quedado un año viviendo en mi provincia, antes de partir a Colombia, así que nos veíamos seguido. Mis recuerdos de esa época están teñidos de la inocencia que me dio mi infancia.
Por ese entonces el país se encontraba atravesando una terrible crisis política, económica, social que sumía al pueblo pobre argentino cada vez más en la miseria, y nosotros no fuimos ajenos a los padecimientos que vinieron con la crisis.
Facu no solo que siguió militando ese año que estuvo en Salta organizando tareas de agitación y propaganda, (ya que era un organizador nato) sino que además colaboró con la construcción de mi casa, que por ese entonces no era más que una pieza con cuatro paredes, techo de chapa, piso de tierra y una parada de colectivo de madera que apuntalaba su estructura.
En medio de todo eso él siempre se hacía un tiempo y bajo el Paraíso de mi infancia (Árbol que se encontraba en el patio de casa) me leía cuentos o me inventaba historias. Nos volvimos a ver casi 17 años después y el abrazo que nos dimos conservaba la ternura de aquellos años. Recuerdo que le dije: espero que no vuelvan a pasar otros 17 años más para vernos de nuevo y volvió a abrazarme.
De vuelta en Argentina, se incorpora a la revista digital Centenario y fue impulsor junto con otros compañeros de la creación del Movimiento Rebelión Popular, El cual luego de su asesinato, pasa a llamarse Movimiento Rebelión Popular Facundo Molares. Organización que plantea la acción directa, la construcción del poder popular, el anticapitalismo,el internacionalismo proletario, la revolución, el socialismo.
En noviembre del 2019 cumpliendo con su oficio de fotoreportero, viaja a cubrir el golpe de estado que ya se venía gestando en Bolivia. Oficio que casi le cuesta la vida, ya que mientras cubría los enfrentamientos en la localidad de Morteros recibe tres impactos de bala, uno en la cabeza, quedando en coma inducido por 23 días. Facundo es tomado de rehén por la dictadura de Añez y trasladado a la cárcel de San Pedro de Chonchocoro en La Paz, donde estuvo detenido durante un año, situación que agravó exponencialmente su salud física.
Es gracias al inconmensurable esfuerzo de la militancia popular que trabajó a destajo por su liberación, que se logra rescatarlo de las garras de la dictadura boliviana y traerlo de nuevo a nuestro país.
En su retorno a la Argentina, continúa su militancia política, la cual lo lleva a recorrer el país, para organizar una fuerza política que se convierta en una alternativa real, capaz de disputar el poder a quienes nos hambrean, nos enferman, nos asesinan, o nos dejan muertos en vida. Una organización que sea capaz de enfrentarse a este sistema que solo ofrece para nuestro pueblo hambre, miseria y muerte.
Facundo es nuevamente detenido el 7 de noviembre del 2021 en Trevelin, cuando se encontraba visitando a su papá Hugo Molares, esta vez con la necesaria complicidad y participación del Gobierno de Alberto Fernandez que dio lugar al pedido de extradición del gobierno colombiano, pedido de extradición totalmente improcedente teniendo en cuenta que quienes se encargan de juzgar a los implicados en el tratado de paz es, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y no la justicia ordinaria de Colombia.
Después de meses de estar preso en la unidad Penitenciaria Primera de Ezeiza, una vez más es la fuerza de la militancia popular y combativa la que vuelve a liberarlo. Organizando acampes afuera del penal, marchas, cortes de ruta, junta de firmas, recorriendo los medios de comunicación, apelando a la solidaridad internacional y nacional, valiéndose de todos los medios necesarios para conseguir su libertad.
Tras su liberación continuó inserto en las luchas del pueblo pobre, continuó organizando la rebelión. No es una sorpresa para nadie esta actitud ante la vida, porque si hay algo que tenía claro el Facu es que el deber de todo revolucionario es hacer la revolución.
Facundo no muere el 10 de agosto en el obelisco, porque como decimos con lxs compañerxs de Rebelión y la gente que como yo tuvo el privilegio de ocupar un lugar en su corazón, luchando a su lado, es que el solo puede ser asociado a la vida, una vida que entregó en carne y espíritu a la revolución. Y mientras haya en el mundo personas con la irreverencia necesaria para levantarse en armas contra el poder, él seguirá naciendo.
Por último no quiero dejar de decir que Facundo era un poeta, un hombre que miraba la vida con ojos de asombro, con sus ojos cargados de ternura. Facundo nos marcó el camino con su ejemplo, y con su ejemplo venceremos, hasta la victoria siempre Facu querido.
Comandante Camilo presente, ahora y siempre.
1 Digo es porque mientras haya hombres y mujeres que se alcen contra el poder que nos oprime seguirá viviendo.
2 Colocó paz entre comillas, porque de paz no hubo nada, ya que después de su firma hasta la fecha han sido asesinados más de 350 firmantes de la Paz y otxs han sido encarcelados.