Por Leonardo Rosales [JUJUY]
El inicio de sesiones ordinarias en la legislatura de Jujuy para el periodo 2019, con el correspondiente discurso del gobernador de la provincia Gerardo Morales, desplegó un cinismo y falta de apego a la realidad pocas veces visto.
Para repasar algunos datos: prometió durante su gestión la construcción de 11200 viviendas y solo entrego 870, en el ingenio la Esperanza, lo concreto es que se perdieron 730 puestos de trabajo, La planta de energía solar Cauchari significó endeudar la provincia en 540 millones de dólares, el GIRSU gestión de residuos que todavía no se construyó significó la toma de deuda por 120 millones de dólares, de las 600 cámaras de seguridad que costaron a la provincia 25 millones de dólares, no hay en funcionamiento ninguna, solo por nombrar algunas promesas incumplidas de esta gestión.
El discurso provocador y fantástico pintó una provincia idealizada, en base de una pacificación impuesta a sangre y fuego. Para ello apela a la demonización de la protesta social, castigada por todas las vías posibles; la judicial, comunicacional y hasta económica, descontando los días de paro o directamente despidiendo a los rebeldes. Mientras el gobernador Morales hablaba de generación de empleo en la provincia, lo real es que en Jujuy los índices de desempleo pasaron de 5,9% en 2017 a 6,8% en el mismo periodo que representa unos 10.000 jujeños más sin trabajo, con una inflación acumulada del 156% desde que asumió Morales. La provincia tiene un 26,2% de ocupados demandantes de empleo, el mayor índice de toda Argentina.
El desproporcionado operativo policial en las inmediaciones de la Legislatura, trataba de ocultar el marcado clima de confrontación que la alianza Cambiemos en la provincia, montó contra el movimiento obrero y organizaciones sociales. El miserable 10% ofrecido de forma unilateral, cerrando las paritarias a los docentes jujeños, busca seguir la estrategia de disciplinar a los estatales jujeños a toda costa, exponiendo a las familias de los trabajadores a tener sueldos por debajo de la línea de pobreza. Por otro lado, el aparato clientelar del gobierno estuvo presente como forma “cubrir” que en caso de enfrentamiento esto se dé entre pobres, mientras que la policía protege a esta lumpenburguesía local que, parasitariamente,qq se adueña del Estado desde siempre para sus negocios.
La marcha de los trabajadores estatales, docentes, organizaciones sociales y políticas de Jujuy, donde estuvo presente el MTL y el partido Comunista de Jujuy, muestra un contexto de malestar generalizado que, q a pesar de la persecución, descuentos por días de paro ha aumentado la predisposición de lucha de las bases. Lamentablemente, la dirigencia gremial y social todavía no pudo consolidar una articulación sólida que signifique un plan de lucha unificado, por distintos motivos que van desde internas fomentadas por el gobierno, vanidades personales y especulaciones políticas.
El camino de confluencia de estas luchas hoy dispersas, debe encontrar una salida que exprese los intereses de los trabajadores estatales, privados, los desocupados, los jóvenes, los pueblos originarios y todos los que son agredidos por este sistema para evitar falsas salidas que solo se expresan en lo electoral. La historia nos reclama libertades definitivas…..