La incipiente ciudad de Gobernador Virasoro cuenta en la actualidad con alrededor de 47 mil habitantes y está atravesada por la ruta 14 por donde circulan grandes cantidades de materia prima y productos manufacturados. Una de las particularidades que lo destacan a Virasoro de otras ciudades correntinas tiene que ver con la explosión demográfica que responde a justamente a la gran demanda de mano de obra que se requieren tanto en el sector maderero como en el yerbatero.
Tal es así que la ciudad es considerada por el sector empresarial como la perla del nordeste por la gran afluencia en el último tiempo de empresas vinculadas al sector de la madera y la respuesta que encuentran en la masa trabajadora que acude en manada a la busca de los ansiados puestos de trabajo, hace de ese calificativo la Meca para los empresarios, ávidos de mano de obra no calificada. Hasta acá todo parece normal: las empresas “invierten” en la ciudad y esto traducido es trabajo para los pobladores.
Y podemos contar alrededor de casi cien empresas vinculadas con este rubro en todo el territorio virasoreño, Forestadora Tapebicua es una de ella y está instalada dentro del ejido urbano con todo lo que implica la contaminación ambiental y del suelo ya que los desechos vertidos a la tierra contaminan las napas de donde luego se perforan para la extracción del agua que consume la ciudad. Es una empresa de capitales extranjeros y una de las más grandes del rubro. El resto está apostado en las afueras del casco urbano pero sin dejar de contaminar el medio ambiente.
Ahora bien, para la ciudad estas empresas representan posibilidades de empleo, promesas de puestos de trabajos dignos, con remuneraciones ajustadas a lo que establece el convenio de trabajo; además de antemano se supone que cuentan con lugares aptos para el desarrollo laboral de cada persona, como así también de las vestimentas adecuadas para cada actividad y por último, el traslado desde los hogares de los trabajadores hasta el lugar de trabajo y el cuidado de la salud de cada trabajador.
Pero nada o muy poco de esto sucede. Hay empresas como por ejemplo MADEVIR que no respetan los convenios de trabajo y mucho menos respetan la salud de sus empleados. Prueba de esto es el juico que le iniciara uno de sus empleados después de ser despedido y de presentar éste, graves problemas de salud y todo relacionado con la falta de elementos de protección ante productos altamente tóxicos, además de permitir las actividades laborales a la intemperie tanto en la lluvia como en el sol, sin las mínimas protecciones. Hoy uno de sus ex empleados se debate entre la vida y la muerte.
Además de estas gravísimas acciones desplegadas, la empresa les abona el salario en dos cuotas a cada trabajador y abonando una primer cuota dentro de los primeros días del mes y la otra cuota pasado el día 10, y con lo que eso significa para los trabajadores en su conjunto que tiene que abonar sus deudas antes del día 10 de cada mes. En esta misma empresa se les exige a los trabajadores a realizar horas extras no abonando el total que por ley les corresponde a cada trabajador que lo realiza. Sin tener en cuenta que esta empresa se encuentra en las afueras de la ciudad y que los trabajadores deben llevar sus viandas porque la empresa no les provee de comida.
En otra de las tantas empresas no se repiten esta práctica del pago en dos cuotas del sueldo pero lo que no se ajustan a los convenios del sector maderero pagándoles la mitad en blanco y otra parte lo hacen “en negro”. Sabiendo lo que a futuro eso representa para cada trabajador en materia de jubilación. Tampoco en estas empresas las condiciones de seguridad son las adecuadas ya que trabajan sin protecciones personales y las máquinas no disponen de las medidas adecuadas para resguardar al trabajador.
En el tiempo que duró la pandemia estas empresas detuvieron la marcha de sus máquinas por un tiempo muy corto, que luego lo retomaron debido al boom de demanda que registró el sector. Se incrementó a si la venta de maderas tanto en bruto como aquellas que revisten de cierto tratamiento como cepillado y terminado y de aquellos que se dedicaron a la confección de muebles. Las empresas entonces registraron grandes ganancias durante los dos años de aislamiento social donde los únicos que resultaron aislados fueron los trabajadores quienes muchos vieron sus sueldos reducidos por los primeros meses de no trabajar, pero que pronto eso dejó de lado y todos pronto volvieron a la normalidad, no así sus salarios. Con el agravante de que cada empresa recibió por parte del estado un subsidio para afrontar el pago de la mitad de los sueldos, muchos empresarios se quedaron con ese plus del estado además del plus de cada trabajador.
Tanto fue la situación de extrema angustia que vivieron algunos trabajadores como el caso de los obreros de Tapebicua, que decidieron realizar una manifestación frente a la empresa por el pago total de sus salarios, quienes fueron enseguida arrestados y llevados a la comisaría local.
Virasoro es una sociedad particular dentro de todo el maltrato que sufren los trabajadores, éstos no realizan manifestaciones o huelgas reclamando por sus derechos. Existió un tiempo en que trabajadores rurales alzaron la voz contra una de las grandes empresas que tiene la ciudad: el Establecimiento Las Marías, por las mejoras salariales y condiciones de trabajo y fueron secuestrados, aún siguen desaparecidos.
Desde entonces las masas trabajadores fueron adoctrinadas y manipuladas por los patrones de forma casi “paternal”, donde aquellos que proferían ser como un padre para los recientes empleados inculcaron una filosofía basada en el “hay que agachar el lomo y lo que el patrón diga se hace”. Por esto y más es que los y las trabajadores aceptan los maltratos en el trabajo aceptando la condición de empleado, pobre y además le agregan el misterio correntino, alegando que el nacido en estas tierras se arremanga y “le encaja noma´” al trabajo.
Una de las consideraciones que se pueden hacer y que tienen que ver con esta explotación responde a que la ciudad no cuenta con una oferta educativa superior que seduzca a los jóvenes como para seguir con los estudios superiores. Y la otra tiene que ver con el magro salario que perciben los trabajadores negándoles a sus hijos la posibilidad de poder seguir estudiando puesto que tienen que trabajar a temprana edad.
En conclusión, si bien es cierto que la ciudad no presenta grandes números de desocupados, si cuenta con trabajadores precarizados, obreros con salarios ínfimos y a los cuales no les alcanza para tener una vida digna. Muchas veces deben realizar otras changas para poder llegar a fin de mes. Entonces la perla del nordeste como el otrora granero del mundo es para unos pocos, mientras los más seguirán agachando el lomo sumisos.