Resumida por la pagina Marxismo Argentino
XVI CONGRESO
Realizamos este Congreso a tres años de haber recuperado el régimen constitucional, conquista del combate popular.
RETOMAMOS UNA TRAYECTORIA REVOLUCIONARIA
El conjunto de ideas que conformaron la línea actual del Partido retoma su trayectoria revolucionaria y coloca a este Congreso en la continuidad histórica con el fundacional de 1918, el octavo de 1928, que definió el carácter antiimperialista y antioligárquico de la revolución democrática, el XI Congreso, que trazó la línea de acción común con las masas peronistas bajo el lema de construir el Frente de Liberación Nacional y Social, y el XII que estableció la justa consigna «por la acción de masas hacia la conquista del poder»
NO HAY TERCER CAMINO
Nuestra propuesta parte de que cada vez se perfilan de manera más nítida dos alternativas para la Argentina. Una es el del polo del privilegio, el del imperialismo, los latifundistas y los grupos económicos monopolistas nativos. La otra es nuestro proyecto, el de la clase obrera y todas las fuerzas democráticas, progresivas y revolucionarias: el del polo popular.
Entre ambas alternativas, la liberación o la dependencia, no existe tercer camino. La «convergencia democrática» del radicalismo es pare de una política de alternancia en el poder con el peronismo que se propone ahondar la dependencia y modernizarla.
Sostenemos que la Argentina necesita una revolución patriótica popular y democrática; antiimperialista, agraria y antimonopolista, hacia el socialismo e integrada a la gesta liberadora latinoamericana. Una revolución popular, antiimperialista y antioligárquica. Una revolución posible, no «delirante» como la impugnan desde el oficialismo y otros sectores. Una revolución que abarca los intereses de la inmensa mayoría de la población.
ES LA HORA DE ACUMULAR FUERZAS
Estamos convencidos de que la correlación de fuerzas en el país no es algo que no se pueda cambiar. Decimos que es posible y necesario modificar la actual correlación de fuerzas para abrir paso a un gobierno de nuevo tipo democrático, popular y antiimperialista, es decir, un cambio de fondo en el poder. Éste es el objetivo fundamental que se sintetiza en el eje de nuestro proyecto: la construcción del Frente de Liberación Nacional y Social con hegemonía proletaria que hemos iniciado con el Frente del Pueblo.
Es la hora de la acumulación de fuerzas para batallas más decisivas en nuevas condiciones. Esta acumulación se da en el plano ideológico, organizativo, de la preparación política y la disposición combativa.
Se acumula participando en las elecciones para ganar espacio y sumar fuerzas y poder levantar una alternativa de gobierno que enfrente al bipartidismo.
Se acumula fortaleciendo al Partido Comunista y su Federación Juvenil Comunista, desarrollando decididamente su política frentista y de concentración en la ciudad y el campo.
Hablamos de acumulación de fuerzas con una dirección. Decimos que hay que darle a las luchas un horizonte político revolucionario y hacer que cada conquista lo aproxime. Llamamos a impulsarlas y coordinarlas, hasta juntar las fuerzas necesarias para que gobernemos los de abajo. Para cambiar lo que nunca cambió de manos en la Argentina: el poder.
SOBREVALORAMOS A LA BURGUESÍA, SUBESTIMAMOS A LA IZQUIERDA
La comprensión de la revolución como un proceso único que debe culminar necesariamente en el socialismo.
El viraje profundo en la política de alianzas de ninguna manera debe interpretarse como un estrechamiento de ellas, sino como la afirmación de la concepción leninista de que las alianzas estratégicas deben ser privilegiadas como nuestro norte y objetivo esencial; y que, lejos de reducir la amplitud de las alianzas tácticas, las promueven, en tanto que éstas nos permiten insertarnos e incidir en cada momento político concreto, y nos acercan al logro de los objetivos estratégicos.
Se trata de un profundo viraje en la brega frentista que nunca abandonamos. Pero que hoy nos permite superar una concepción idealizada del frente, que en su amplitud se agotaba en lo táctico, para pasar a otra concepción, también amplia, del Frente de Liberación Nacional y Social, como instrumento para levantar una alternativa propia de gobierno, con hegemonía proletaria y con la izquierda como núcleo político.
EL LASTRE DE LAS DESVIACIONES REFORMISTAS
Llegamos a octubre de 1983 condicionados por los graves errores cometidos, sin un proyecto de frente basado en la unidad de la izquierda. Llegamos sin capacidad de enfrentar la opción a la nos condujo la salida condicionada que logró imponer la dictadura, con bipartidismo y polarización.
En tales condiciones, actuamos como fuerza de apoyo de una variante burguesa y se diluyó el perfil revolucionario del Partido.
EL PARTIDO QUE EL PUEBLO NECESITA
Planteamos la necesidad de pasar del Partido que tenemos, al Partido que necesitan la clase obrera y el pueblo.
Esto demanda reubicar y jerarquizar la actividad ideológica y propagandística del Partido, superando el deterioro que produjo la desviación reformista, que consagró un verdadero culto a lo inmediato, a lo posible, relegando la fundamentación de la lucha por los objetivos de fondo.
PROGRAMA Y COMPONENTES DEL FRENTE
La alianza se plantea hoy con la clase obrera urbana y rural, los demás asalariados, los campesinos pobres y semiproletarios, la intelectualidad avanzada, la pequeña y mediana burguesía urbana y rural, y sectores de las llamadas capas medias. Su núcleo social, sus fuerzas motrices, son la clase obrera urbana y rural como fuerza hegemónica, los campesinos pobres y la intelectualidad avanzada.
Los componentes políticos, llamados a darle forma orgánica al FLNS, son las nuevas fuerzas políticas de izquierda, que ya actúan en el FP, y otras antiimperialistas que no se han decido aún por el camino frentista, fundamentalmente las expresiones de izquierda que se manifiestan en el peronismo, los intransigentes, socialistas, cristianos, radicales e independientes.